La Corte
Internacional de Justicia se prepara para emitir un veredicto histórico, sobre
las islas Mbanié, Cocoteros y Conga, que podría rediseñar el mapa del Golfo de
Guinea, concretamente en la frontera marítima entre Guinea Ecuatorial y Gabón. El conflicto diplomático por la isla
de Mbañe se inició en el año 1972 cuando el Gobierno
de Guinea Ecuatorial manifestó que, en virtud del Tratado de París,
firmado en el año 1900 entre Francia y España islote se encontraba en
aguas españolas.
La Corte Internacional de Justicia
(CIJ) ha puesto sobre la mesa la fecha de la fase final del largo litigio
diplomático sobre la soberanía de la isla de Mbañe; la celebración de
audiencias públicas será del 30 de septiembre al 4 de octubre de 2024. El dictamen
de la CIJ afectará automáticamente las fronteras marítimas de los dos Estados. Según
ha publicado un diario digital gabonés, "gabonreview", el pasado 25 del mes de agosto del
presente año.
Cabe recordar que la Isla de
Mbañe es un pequeño islote que se encuentra en las aguas marítimas fronterizas
entre Guinea Ecuatorial y Gabón, tiene unas 30 hectáreas de extensión y que es
disputada por ambos países; conviene añadir que ambos países obtuvieron su
soberanía de España y Francia respectivamente, siendo estos países europeos quienes,
en un pactado reparto, a través del Tratado de Paris de 1900, establecieron las
fronteras heredadas.
La disputa entre los dos países
vecinos se remonta a la época colonial y cristalizó en torno a la soberanía de
las islas Mbanié, Cocotiers y Conga, situadas en el golfo de Guinea. Estos
islotes, aunque diminutos, son de vital importancia debido a los ricos
yacimientos de petróleo que los rodean. Desde la independencia de las dos
naciones en la década de 1960, la cuestión de la propiedad de estas islas sigue
sin resolverse, generando tensiones esporádicas entre Libreville y Malabo.
Ahora bien, los dos Estados se
interesan por los islotes cuando en 1972 Gabón ocupa de facto estos territorios, y en este mismo año Guinea Ecuatorial reclamó así mismo, la soberanía sobre Mbané sus aguas marinas, y otros dos
islotes, Cocoteros y Conga.
Las isla de Mbañe fotografiada desde una barcaza
El deseo de las partes por resolver el
conflicto pacíficamente permitió que , las dos partes concluyeron un tratado
en 2008 que autoriza a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) con sede en La
Haya a resolver la disputa. Según las fuentes consultadas revelan que fue en marzo de 2021 cuando el
caso fue llevado ante la CIJ, tras un compromiso firmado entre los dos Estados
en 2016 y que entró en vigor en 2020.
La Corte está llamada a pronunciarse
sobre la validez de los títulos jurídicos, tratados y convenios internacionales
invocados por cada una de las partes para justificar sus reclamaciones
territoriales. la decisión que la Corte Internacional de Justicia tome después de
la vista en las próximas semanas será decisiva no sólo para la soberanía de las
islas en disputa, sino también para la delimitación de las fronteras marítimas
entre ambos países.
Por otra parte, ambas partes saben
que las aguas territoriales en juego contienen importantes depósitos de
hidrocarburos, esenciales para las economías de ambos países, tal vez la principal
razón del interés de las partes. La decisión de la CIJ tendrá, por tanto,
considerables repercusiones en la futura explotación de estos recursos.
Desde el año 2021, ambas partes han
tenido la oportunidad de presentar sus argumentos por escrito a través de
escritos, contramemorias, réplicas y dúplicas, los mapas ofrecidos no solo por Francia
y España, sino también por Holanda y una institución norteamericana. Las mismas
fuentes de la prensa gabonesa aseguran que las audiencias públicas anunciadas
para finales de este mes de septiembre marcarán la etapa final antes de las
deliberaciones de los jueces. Y permitirán en el último instante, a los
representantes de Gabón y Guinea Ecuatorial a exponer oralmente sus posiciones
y responder a cualquier pregunta de la Corte.
La cuenta atrás está en marcha, entre los gaboneses se ha abierto la comunicación entre todos; por tanto, todas
las miradas se dirigen a La Haya, donde pronto estará en juego el futuro de una
parte crucial de la geopolítica de la subregión centroafricana.
Bernardino-Ndze Biyoa Asuhe